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Un restaurante de lujo, un plato inesperado, un comensal moribundo y una esposa horrorizada. Los detalles de la increíble historia
“Hay algo en mi plato”. Nada bueno viene después de esta frase porque un final trágico está asegurado tanto para el comensal como para el propietario del restaurante.
Lo sabe bien el chef francés Daniel Bouloud, que va a tener que pagar casi 1.5 millones de dólares al cliente que ingirió un trozo de metal como acompañamiento inesperado de un plato servido en su restaurante.
Un 28 de febrero de 2015, a los cocineros del Bistró Moderne se les escapó un alambre de 2,5 cm de largo perteneciente a un cepillo de limpieza en un guiso de pollo al vino.
En un primer momento, pasó inadvertido entre los dientes del comensal Barry Brett. Pero cuando tragó el peligroso bocado, sintió como el metal le arañaba y se quedaba alojado en su garganta.
Según la denuncia, tuvo que abandonar el restaurante enseguida pero pasaron 4 días antes de que fuera al hospital para ser operado de urgencia. El accidente le provocó una infección que podría haber sido fatal, afirman sus abogados.
Boulud tiene dos estrellas michelin, 35 años de experiencia en EE.UU, una treintena de restaurantes por todo el mundo y se le considera el inventor de las hamburguesas gourmet.
Pero nada de esto salvará al chef, porque al tribunal de Nueva York que lo ha condenado duramente poco le ha importado su reputada trayectoria.
Los jueces han acusado el restaurante de negligencia y le obliga a pagar la gran suma de 1.3 millones de dólares por daños e intereses: 1 millón de dólares de multa, 300 mil dólares para el perjudicado y 11 mil dólares a su esposa, que estaba presente durante la accidentada comida.
El restaurante considera que la suma es desorbitada. En su defensa alega que el error no fue intencionado y que la salud de Brett se agravó porque esperó demasiado para acudir al médico.
