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Seis meses sin bailes de cuarteto: reinventarse o esperar

Con el aumento de las fiestas clandestinas crece la presión por volver a la actividad formal. Advierten sobre el peligro de un cambio de hábito en el consumo y se ilusionan con volver en octubre con “burbujas”.

La prohibición de espectáculos públicos masivos, que llegó una semana antes de que se decrete la cuarentena total y obligatoria para todo el país, nos encuentra en septiembre todavía sin bailes de cuarteto. El viernes se cumplieron seis meses del último show en Córdoba y, aunque hay un protocolo armado hace meses, todavía no hay fechas ni un horizonte claro para el regreso de la actividad.

El problema de la clandestinidad

Con la prohibición de reuniones sociales, eventos masivos y espectáculos públicos, en los últimos meses ha ido creciendo la cantidad de fiestas clandestinas y esto preocupa a las autoridades, los equipos de salud y los que viven de la noche. A pesar del aumento de casos de coronavirus, la gente “perdió el miedo” a la enfermedad y se reúne, no solo de manera privada, sino asistiendo a eventos organizados pagando una entrada.

Ante esto, algunos aseguran que la única manera de combatir esta situación es abriendo los locales bailables con fuertes controles. “Si no paramos la clandestinidad va ser muy difícil volver a encuadrar a la noche en la legalidad”, sostiene el productor Marcelo Ludueña.

“Se está generando una clandestinidad muy peligrosa”, describió José Palazzo sobre el contexto de lo que ocurre en las calles de Córdoba y en todo el país con las juntadas ilegales que no pueden garantizar ninguna medida de bioseguridad.

A esto, se le suma una nueva preocupación desde el sector empresario: el hecho de que la gente se acostumbre a este tipo de eventos ilegales y complique el reinicio de la actividad: “Estamos provocando un cambio de formato en las costumbres del público, que la gente se junte en sus casas, 20, 30 personas a escuchar música y bailar, sin barbijo, compartiendo vaso y que no paguen entrada”, expresó Ludueña, quien integra un grupo de bolicheros que trabaja en conjunto para el retorno de la actividad.

Ponen el foco en que el regreso de los shows formales contribuirá a contener el virus: “Nosotros nos haremos reponsables, las vamos a tener identificados y controlados. Las autoridades pueden saber dónde están los lugares, la gente, el tipo de fiesta. Es una forma de tener controlada la noche“, aseguran.

Las burbujas sociales

A principios de julio, Cuarteteando accedió a un documento elaborado entre la Municipalidad de Córdoba y los empresarios en el que se delineaba un protocolo para el regreso del público a los locales bailables. Se habló de “burbujas sociales”, un sistema que se está utilizando para eventos en distintas partes del mundo, con shows en vivo pensados para grupos reducidos de diez personas que ocuparían entre un 10 y 15% la capacidad de los locales.

Esto trajo ilusión, no solo a los empresarios sino al público, que siente la necesidad del entretenimiento y volver a ver de cerca a sus artistas favoritos.

Sin embargo de esta idea ya pasaron dos meses y, con la múltiplicación de los contagios en la provincia, todavía no hubo grandes avances. Hace una semana, los empresarios fueron recibidos por primera vez por el Centro de Operaciones de Emergencia (C.O.E.) de la Provincia para presentar de manera oficial este protocolo. En los próximos días, se haría una puesta en escena en la Plaza de la Música y en la Sociedad Belgrano con los funcionarios provinciales para mostrar su funcionamiento.

El objetivo es, seguir trabajando con los streamings tal como hasta ahora, y sumar algo de público en el lugar para tener un ingreso extra. La ilusión está puesta en abrir en octubre. Lo cierto es que, en general, las transmisiones pagas no han tenido el éxito suficiente como para aguantar la estructura de las bandas todos los fines de semana. Igualmente, la mayoría opta por seguirlas haciendo para mantenerse en escena, aunque de manera periódica.

Aunque algunos ven esta opción como “el inicio de la vuelta”, es decir, un escalón más para en algún futuro volver a la normalidad, otros bolicheros son menos optimistas y prefieren asumir el riesgo de seguir cerrados. “Invertir en una burbuja social para trabajar al diez por ciento no sirve. Por supuesto que lo estudiamos, analizamos la posibilidad, pero tenés que contratar mozos y cambiar totalmente el servicio, es muchísimo el riesgo”, explica Luciano Pigliacampo, de la Sala del Rey.

Reinventarse, una posibilidad

Hace una semana, el intendente Martín Llaryora anunció un nuevo acuerdo con la Cámara de Salones de Fiestas y Eventos de Córdoba (Casafic) y la Cámara Empresaria de Discotecas y Afines (CEDYACO), que autoriza a salones de fiestas, infantiles, discotecas y peñas a funcionar como bares y restaurantes. Sin embargo, esta alternativa parece poco viable para el sector cuartetero, que deberá invertir en infraestructura y un cambio en la lógica de negocio.

“Los lugares están preparados para otra cosa, no tenemos estructura, deberíamos armanos con cocina, personal especializado y hacer una inversión que no sabemos cuánto va a durar”, sostiene Ludueña, quien produce eventos en distintos locales.

Otra fecha fuerte que se va

El próximo lunes es el Día de la primavera. En condiciones normales, músicos, cantantes, empresarios y miles de bailarines cordobeses se estarían preparando para uno de los días más fuertes en convocatoria del año (junto con el Día del Amigo, vacaciones de julio, los festivales de verano y Año Nuevo, son las fechas que más gente mueven en la provincia).

Pero este año, los estudiantes sólo tendrán posibilidad de festejar su día de manera virtual. Como casi todo en este 2020.

Fuente: Cuarteteando

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