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Entrevista con Fer Vázquez: el cerebro detrás de Rombai y Márama revela su fórmula

Fernando Vázquez, cantante de Rombai y productor de Márama, habla del fenómeno que generaron las dos bandas. Reniega de la etiqueta de “cumbia cheta” y dice que están más cerca del pop.

No es fácil ubicar a los integrantes de Márama y Rombai, las dos bandas uruguayas que se han transformado en el último fenómeno de la cumbia gracias a su sonido fiestero y liviano, con canciones que concilian el pop latino y las bases sintetizadas con el ritmo marcado por cencerro. Tanto una como otra agrupación son el número que los boliches y los festivales de verano quieren asegurarse para que la fiesta esté garantizada. Y esa intensa demanda hace que por estos días su agenda esté bastante cargada (a veces hasta tres shows por noche) y sea difícil arreglar unos minutos para hablar con la prensa.

Luego de algunas gestiones que se extendieron por varios días, esos minutos finalmente llegan: suena el celular y la voz del otro lado es la de Fernando Vázquez, cantante de Rombai y productor artístico de Márama, dispuesto a responder las preguntas mientras descansa en un hotel acompañado por el resto de sus compañeros y Claudio Bas, el productor que los trae a Córdoba. A diferencia de otras propuestas similares –como Agapornis, por ejemplo–, estos pibes charrúas (la mayoría de Montevideo, Vázquez es de Canelones) entendieron que debían escribir sus propias canciones para lograr una mayor llegada. Y la conquista llegó rápido y apenas superada la adolescencia (Vázquez tiene 21 años).
–¿Cómo fue el origen de Rombai?
–Yo soy también el productor musical de Márama, el que le compone las canciones. Después de hacer eso me dieron ganas de armar mi propio grupo, de cantar. Así que le dije a Cami (Rajchman) y al resto de los chicos, que eran compañeros de facultad, la idea armar un grupo. Pero todo empezó como un hobbie, para pasarla bien.
–¿Hay una tradición fuerte de cumbia en Uruguay?
–Sí, la música popular para bailar, tanto en Argentina como Uruguay, es la cumbia. Lo que más se baila es cumbia.
–A Uruguay se lo relaciona más con un género como el candombe. ¿Fue parte de tu formación?
–No, yo escuchaba pop de otros lados, como el americano y el latino, artistas como Enrique Iglesias y Ricky Martin. Ahora me gusta el reguetón comercial de Nicky Jam y J Balvin. Esa clase de pop es la que me gusta y escucho. También escuchaba cumbia argentina, que por ahí son mis bases. Cuando era más chico me acuerdo que me gustaba la Champions Liga. Así que fui mezclando todo lo que me gustaba.
–¿Cómo fue tu formación musical a nivel técnico, digamos?
–Cuando era chico me gustaba jugar al fútbol. Mi sueño era ser jugador profesional, hasta que un día me lesioné, cuando tenía 15 años, y ya no pude jugar más. Ahí fue cuando con un amigo nos empezamos a juntar a tocar la guitarra y el piano, y me colgué muchísimo con la música, me empezó a gustar mucho. Me salió un nuevo camino, un nuevo sueño. Empecé a tocar baladas, muy melódico, me pasaba noches enteras tocando el piano, las piezas clásicas que me mandaba el profesor, estudié un par de años piano. La cumbia era divertida dentro de la música uruguaya. Era lo que podías hacer con amigos, porque lo puede tocar todo el mundo. Después se va perfeccionando y va quedando mejor, pero al comienzo se puede tocar sin problemas.
–¿Se sienten cómodos con el rótulo de cumbia cheta o canchera?
–La verdad que no. No me parece que la música se deba asociar a un grupo social. La música es música y chau, es para todo el mundo. Es una cumbia pop, porque tiene estructura y melodías que vienen del pop, pero cumbia cheta, no. Pero la gente lo cataloga como quiere.
–Son etiquetas para diferenciarlo de otro tipo de cumbia, por el público que asiste a los conciertos. Más que por lo musical, es por la gente que lo consume.
–Quizás sí. O quizás cambió un poco lo que se transmite en las canciones… Realmente no sé, pero prefiero llamarlo cumbia pop. No me gusta meter la economía en la música, va aparte de todo eso.
–El fenómeno de la cumbia uruguaya casi no tiene álbumes. Sus canciones se esparcieron en redes sociales y en aplicaciones como Spotify. ¿El disco ya es algo obsoleto?
–Me parece que sí, hoy en día las redes han tomado una importancia muy grande. La venta de discos ha bajado muchísimo y la gente pasa mucho tiempo en Internet. Gracias a eso salimos nosotros, las canciones se difundieron súper rápido, mucho más rápido que si hubiéramos sacado un disco.
–En Spotify dice que pertenecen a Montevideo Music Group. ¿Van a seguir en esa compañía?
–Es un sello de Uruguay con el que trabajamos desde hace unos meses. Ahora nos asociamos con un sello más grande, pero todavía no puedo decir cuál es. Se vienen cosas lindas e internacionales. Es algo que me sorprende, porque arrancamos como un hobbie. Hoy ya lo tomamos como un trabajo y nos queremos superar día a día, llegar lo más lejos posible.
Más allá de los nombres, supongo que recibieron ofertas de varios sellos grandes.
–Sí, grandes sellos y regionales.
–¿Fue difícil la elección o se decidieron rápido por uno en el que querían estar?
–Tuvimos varias ofertas y nos decidimos por la mejor.
–Queda claro que descartás que este tipo de cumbia sea sólo un fenómeno pasajero. Vos le ves mucho futuro.
–La verdad que sí. De chico, yo hacía canciones de cumbia que no tuvieron éxito. Tuve que hacer 30 canciones que no funcionaron para lograr una fórmula que sí funcionó. La voy reformulando para que se siga renovando y no canse a la gente. Tengo que seguir innovando para no aburrir, a eso lo tengo claro. Y voy a hacer todo lo posible para que no sea fugaz. Pero, bueno, eso dependerá de la gente y del apoyo que nos den.
–¿Cuál sería esa fórmula que mencionás? ¿Cómo la encontraste?
–Es un poco la melodía, los sonidos que se usan en las canciones, el formato de la banda. En el reguetón se usa un formato, pero a mí no me gustan los valores que transmite, ni en los videos ni las canciones, eso de la plata y las mujeres. Lo nuestro es mucho más sano y juvenil, amigos que se juntan a hacer música y pasarla bien. Entonces a la gente se le pega eso, la buena energía. Es un formato lindo y sano. Las canciones son pegadizas y están buenas.
–Están tocando mucho en Córdoba este verano, un público al que siempre se lo califica de fiestero.
–Yo lo publico siempre y lo remarco, el público cordobés es uno de los más fiesteros de Argentina. Me pone muy contento saber que venimos a tocar acá. No es lo mismo que en otros lados, acá se re copan con lo que les decís, y eso quiere decir que la gente está con buena energía y predispuesta. Dejan un poco de lado los problemas y disfrutan de la música.
 
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