Llegó septiembre y el icónico estribillo de Fuiste mía en septiembre comienza a sentirse en cada rincón de la ciudad. Repasamos la historia detrás de una canción que se convirtió en un verdadero himno del tunga tunga
La distintas versiones
La primera versión que se popularizó fue la del legendario Toro Quevedo en su época con Chébere. El tema, que originalmente es de origen italiano, se transformó en un éxito rotundo cuando Quevedo la incorporó a su repertorio. Según el cuartetero, la canción le “cambió la vida” y su impacto no ha disminuido con el tiempo. “Es un lamento de un amor que desapareció”
La historia del tema no termina ahí. Miguel Conejito Alejandro, otro gigante del cuarteto, tomó la posta y e hizo de las suyas en los años 90. El cantante deslumbró a todos con su interpretación y la popularizó aún más a nivel nacional. De la mano de Fuiste mía en septiembre, el Conejito creció de manera profesional y tuvo un gran desarrollo en Buenos Aires, lo que para ese entonces era muy difícil.
Por otro lado, el tema también ha sido versionado por otros artistas como Fernando Bladys y Sabroso, quienes han contribuido a mantener viva la llama del cuarteto con sus propias interpretaciones. A pesar de las múltiples versiones, la esencia del tema sigue siendo la misma: un lamento apasionado por un amor que se fue, pero que deja una marca imborrable.
Así, Fuiste Mía en Septiembre se mantiene como una canción emblemática que trasciende generaciones y estilos. Su historia, desde su origen italiano hasta su consagración en el cuarteto cordobés, es un testimonio del poder de la música para conectar y emocionar. Este septiembre, como cada año, seguirá siendo motivo para “mover los pepés” por cada rincón de La Docta
